Hacia la definición de un nuevo modelo turístico en Canarias
En Canarias, la apuesta por un modelo turístico sostenible se origina ante todo por el hecho de los perjuicios naturales y culturales que la actividad acarrea y por su carácter monolítico y poco diversificado. El desarrollo social y económico que el turismo ha generado en las Islas ha soslayado la cuestión de la implantación de modelos económicos más justos del punto de vista social, a pesar de que coexisten desequilibrios sociales y territoriales en las Islas.
Efectivamente, hace ya algunas décadas que viene creciendo la preocupación sobre el desenfrenado crecimiento de la oferta turística en las Islas, crecimiento que está incidiendo progresivamente en los recursos naturales y culturales del Archipiélago. La oferta alojativa alcanzaba en el 2002 las 381.587 plazas, distribuidas en su mayoría en las islas de Tenerife, Gran Canaria, Lanzarote y Fuerteventura, lo que permitía que unos doce millones de estancias se produjeran al año. A ello habría que añadir un número también elevado de plazas ilegales y de segundas residencias dentro y fuera de los principales destinos turísticos.
A la par que el número de plazas y visitantes ha ido creciendo, la población del Archipiélago ha mostrado un dinamismo paralelo. Canarias se ha consolidado en las últimas décadas como un destino inmigratorio de peninsulares y extranjeros, impulsado por el sector turístico y por el arrastre económico que realiza en otras ramas productivas.
Crecimiento turístico, crecimiento demográfico y crecimiento económico han conllevado una ocupación desmedida del suelo, un incremento constante en el consumo de recursos, un aumento progresivo de la presión sobre los espacios ambientales y un incremento de los procesos de contaminación, debido al desarrollo de un modelo turístico y económico que ha mostrado una escasa consideración por el medio ambiente y por la planificación de las acciones.
Con este panorama, la diversificación de las motivaciones vacacionales de la población, el aumento de la conciencia ambiental entre la población canaria y entre los turistas que vienen a sus costas y el incremento de la oferta de otros destinos en el mercado europeo de invierno (Gobierno de Canarias, 2001) están favoreciendo que la oferta turística canaria, y en general el modelo turístico del Archipiélago, haya iniciado un tímido proceso en pos de una mayor diversificación de sus productos, una mayor calidad en los servicios y un carácter más sostenido de la actividad. En otras palabras, en los últimos años se estén poniendo las bases para la implantación de un modelo turístico diferente, basado en el incremento de los ingresos por turista y en el carácter sostenido de la actividad.
Juan M. Parreño Castellano. Abril 2008
(Leer el estudio completo en la web de
Études caribéennes)